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Director Editorial: Dr. Bernardo Kupferberg | Secretario de Redacción: Dr. Pablo Sayago

Comité Editorial: Dr. Samuel Seiref - Dra. Claudia Travella | Comité Científico: Dr. Mariano Grilli - Dr. Horacio Crespo - Dra. Alejandra Julia Giurgiovich

Volumen 22 - Nº 4 - Noviembre de 2023

Editorial

La Educación Médica en Tiempos de Crisis

Desde el 11 de marzo de 2020 en que la OMS declaró el estado de Pandemia de COVID -19, nada volvió a ser lo mismo en varios aspectos de la vida social, económica, incluido el educativo, y en particular la educación médica. Esta pandemia nos llevó a tener que pensar, y de forma imperativa, en la necesidad de realizar cambios estructurales no solo en el cuidado de la salud y la prevención de probables nuevas pandemias, sino también en las relaciones entre los seres humanos, sus conductas y comportamientos, el ofrecimiento de servicios y en particular las interacciones académicas, el proceso enseñanza y aprendizaje y la investigación científica.

En nuestro país y resto del mundo, la diversidad de instituciones dedicadas a la formación y educación médica, tanto públicas como privadas, se encontraron con el desafío de una ¨nueva forma de educar¨, y esto armonizó algunos modelos pedagógicos para reglamentar y normativizar el proceso educativo entre las instituciones y las universidades.

La educación médica es la adquisición y desarrollo de conocimientos, habilidades y destrezas que ocurren durante las diferentes etapas de formación de médicos generales y especialistas desde el ingreso a la carrera de medicina, la formación de posgrado en residencias medicas y programas de maestrías y posgrados, hasta la más larga y menos escolarizada de todas que es la educación médica continua /desarrollo profesional continuo. (Swanwyck, 2013).

Nuestra especialidad, específicamente, combina trabajo en consultorio, salas de internación, de partos y áreas quirúrgicas. Debido a la drástica reducción de los procedimientos electivos y de las consultas de rutina, la práctica en estos escenarios se vio afectada con el cierre de espacios y reconversión de hospitales ante la situación sanitaria, por lo que las oportunidades de enseñanza tradicionales se modificaron, sufriendo el aprendizaje de habilidades de excesivas carencias en algunos entornos.

La pandemia de COVID-19 dejó a muchos estudiantes, residentes y becarios con una brecha, grieta indefinida en su formación práctica, propensos al deterioro de sus destrezas manuales y quirúrgicas.
En la docencia y en el contexto de la pandemia con la suspensión de la presencialidad y el cumplimiento del aislamiento social, preventivo y obligatorio, que cada uno procuró sobrellevar, algunos poniendo esfuerzo, creatividad y mucha entereza, aplicando protocolos que han ayudado a disminuir la exposición a la infección. Se nos plantearon límites y dificultades en un terreno por momentos ignoto e inesperado, exigiéndonos a desentrañar nuevas respuestas a todas las incógnitas planteadas.

Nosotros los que desarrollamos docencia médica, recurrimos a recursos, para algunos tal vez desconocidos, que nos permitieron continuar con el proceso de formación y progresivamente nos fuimos apropiando de diversas tecnologías, proponiéndonos mejorar nuestras competencias en la producción de recursos educativos. Por lo tanto, en la formación académica de grado y posgrado debieron ser incluidas nuevas propuestas pedagógicas, por ejemplo, el uso de tecnologías de la información y comunicación (TIC) para mejorar calidad de los procesos de enseñanza y aprendizaje en entornos virtuales.

Muchas situaciones se pusieron en evidencia en este escenario que nos toca vivir, entre ellas la desigualdad en el acceso a la educación y al capital cultural, agudizada por la pandemia, que nos obliga a seguir buscando nuevas estrategias para dar respuesta a esta carencia. Por otro lado, se observa una postura rígida en la educación, una relativa resistencia al cambio, una cierta lentitud en el desarrollo de las políticas educativas para dar respuesta a las diferentes contingencias y tal vez serias dificultades de los docentes para adaptarse a nuevas situaciones.

Tuvimos que enfrentarnos a un cambio de modelo de clases presenciales tradicionales a clases virtuales, profesores y alumnos conectados desde sus hogares con un escenario diferente mediado por la tecnología perdiendo el espacio físico común, cambiando también los tiempos en los cuales no solo estamos conectados todos en tiempo real sino con flexibilidad según tiempo y espacio, la integración de las mejores prácticas de estos dos modelos el asincrónico y el sincrónico, es el “online blended”, aprendizaje combinado, que tuvimos que traer a escena.

Después de transcurrido más de un año de esta pandemia pudimos demostrar en docencia una rápida adaptación a nuevas condiciones.

Seria loable que seamos capaces de aprender de esta situación, pudiéndonos apropiar de nuevas herramientas, cambiado las lógicas en su uso para mejorar nuestras prácticas ampliando así las fronteras de formación de nuestros médicos y de los futuros especialistas.

La pandemia de COVID-19 es una situación no pensada ni para la salud, ni para la economía, ni para la educación médica. Muchas cosas cambiarán sin duda durante este período. Quizá existan nuevas formas de “cuarentenas”, más o menos estrictas, pero sin duda la educación médica no será lo mismo cuando la pandemia pase. En el futuro esta debería modificarse para siempre, analizando el impacto de los cambios que están ocurriendo.

Deberemos dirigir nuestra educación a formar profesionales que sean capaces de utilizar la evidencia científica, adecuándola a su marco sociocultural, siendo capaces de un aprendizaje continuado e impulsando cambios en los servicios de salud.

Será necesario por lo tanto potenciar internamente la creatividad, la flexibilidad y la capacidad de comunicar, así como de defender los derechos e ideas de manera adecuada y respetando las de los demás. También relanzar la misión social y la educación interdisciplinaria dentro de nuestras instituciones. No basta con transmitir conocimientos y desarrollar habilidades. La finalidad actual de la educación debe ser más holística, útil y relevante, formando competencias de reflexión y actuación racional, eficaz y con sentido.

Deberemos acelerar la transformación educativa hacia innovaciones curriculares basadas en capacidades adquiridas y no sólo en tiempos de rotación, telemedicina, simulación, e instaurar nuevos formatos para la realización de evaluaciones y exámenes estandarizados a través de las TIC.

La virtualidad en la comunicación, la educación y la difusión de la información científica nos llevó a mejorar las plataformas digitales y las herramientas tecnológicas optimizando la calidad de cursos y seminarios, fundamentalmente para favorecer el acceso a un público objetivo distante geográfica y epidemiológicamente. En el mundo posterior a la pandemia, incluso cuando se levanten los confinamientos y se relajen las restricciones, seguramente prevalecerán las comunicaciones digitales.

La telemedicina, los congresos, las conferencias virtuales y la educación profesional en línea llegaron para quedarse y desempeñarán un papel cada vez más importante. Los médicos continuaremos obteniendo las últimas noticias médicas y perspectivas de expertos, información sobre fármacos y enfermedades, esenciales para la práctica y educación médica continuada de sitios web de medicina.

Y que para cuando que pase esta crisis sanitaria, no solo nos quede una sensación de pérdida, sino de una nueva oportunidad de crecer. Debemos tomar una posición firme frente a esta situación y fortalecernos. Sin duda la educación médica deberá generar una gran transformación adoptando nuevos métodos y herramientas tecnológicas que permitirán desarrollar modelos pedagógicos que busquen adquirir competencias clínicas y quirúrgicas específicas en los estudiantes y profesionales en formación, en lugar de los métodos tradicionales que se basan en el aprendizaje producto de contenidos predominantemente teóricos y de un mayor tiempo de exposición a los escenarios clínicos.

 

Foto Garello 

Dra. Claudia Travella
Profesora Titular de Obstetricia. Instituto Universitario de Ciencias Biomédicas de Córdoba.
Profesora Adjunta Carrera de Postgrado de Tocoginecología de la Universidad Nacional de Córdoba y Universidad Católica de Córdoba.
Coordinadora de Obstetricia de la Escuela de la Federación Argentina de Sociedades de Ginecología y Obstetricia de la Argentina FASGO.
Miembro Comisión Salud Materna FASGO.
Especialista Alto Riesgo Obstétrico. Hospital Universitario Privado de Córdoba

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